11 de Mayo de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen”

Evangelio del día 11 de Mayo de 2025.

Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.

Yo y el Padre somos uno».

Hoy nos fijamos en la frase:

“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen”

Los adoradores nocturnos hoy en este evangelio tan breve podemos fijarnos en la importancia de tres palabras de la frase escogida: escuchan, conozco y siguen.

En nuestras vigilias, el momento más importante después de la Eucaristía y de haber recibido al Señor es el silencio. Es el momento de escuchar al Señor, de hablar con Él sin pronunciar ninguna palabra, dejando la mente totalmente libre para que el penetre en nuestro corazón.

Antes nos ha hablado con su Palabra, y si hemos estado atentos, es el momento de reflexionar sobre lo que nos ha dicho; de discernir sobre la vida que llevamos; si nos comportamos de acuerdo con sus enseñanzas, o estamos fallándole.

Insistimos muchas veces, en la necesidad de rezar los himnos y salmos despacio, con calma; yo añadiría que habría que hacerlo con mucha humildad, con mucha delicadeza. Nos estamos dirigiendo al Dios que está en la Custodia por nosotros, que ha venido a darnos la vida eterna.

Escuchar en silencio, porque el ya conoce nuestras necesidades y las del mundo. Solamente tenemos que adorarle con verdadera fe, con verdadero amor. Las palabras pueden expresar un deseo una necesidad, pero presentar ese mismo deseo con el corazón, sin decir nada, solo mirándole, pues Él ya sabe cuáles son nuestros anhelos, es entrar en intimidad con Él y con el Padre, que son uno solo.

Salir de nuestras vigilias, después de recibirle en nuestro pecho, de escuchar su Palabra y Adorarle, no puede conducirnos nada más a seguirle incondicionalmente y a ser consecuentes con nuestro modo de vida como cristianos, para ser verdaderos discípulos que tratan de traer al Reino a todos los hombres.

Señor queremos escucharte mejor, conocerte más y seguirte siempre. No conocemos un pastor que pueda cuidarnos mejor.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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