12 de Septiembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Hermano, déjame que te saque la mota del ojo»”

Evangelio del día 12 de Septiembre de 2025.

Lucas 6, 39-42

En aquel tiempo, Jesús les dijo también una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Hermano, déjame que te saque la mota del ojo», sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Hoy nos fijamos en la frase:

            “¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Hermano, déjame que te saque la mota del ojo»”

Jesús sigue dándonos lecciones de vida. Quiere que seamos guías del Reino, y que aprendamos para poder llegar a imitar al Maestro.

El aprendizaje es fundamental además de la humildad. Si nos dejamos guiar por la ceguera de la autocomplacencia, del creernos por encima de los demás, con más conocimientos, mejor preparados, podemos caer en el error de guiar mal a nuestros hermanos.

¿Qué hacer entonces?

Mirar con humildad y sinceridad muy dentro de nuestro corazón.

Reconocernos pequeños ante el Señor y ante los hermanos.

Ver nuestras debilidades, para poder comprender las de los demás.

No juzgar ni criticar.

Si juzgamos a los demás cometemos el error de no habernos juzgado antes a nosotros mismos.

Si no somos críticos con nuestras acciones, cometemos el error de no intentar corregirnos ¿entonces cómo vamos a corregir a otros?

Si juzgamos y criticamos a los demás, cometemos además el error de poder causarles un daño superior al error que puedan haber cometido.

Además de obrar con humildad, ya veíamos ayer que tenemos que obrar con misericordia. Por lo tanto miremos primero dentro de nuestro corazón y una vez limpio y lleno de luz ayudemos y corrijamos con humildad a quien lo necesite, con amor, con sencillez, con delicadeza, reconociéndonos débiles y pecadores como el que lo necesita.

Señor, ayúdanos a ver nuestras “vigas” errores, debilidades, pecados, antes de dirigirnos a los hermanos a ayudarles a corregir sus pequeños errores. No permitas que juzguemos ni critiquemos, pues solo a ti te corresponde juzgarnos.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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