16 de Diciembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”

Evangelio del día 16 de Diciembre de 2025.

Mateo 21,28-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero».

 Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».

Hoy nos fijamos en la frase:

            “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”

Jesús nos invita a trabajar por el Reino “la viña de este evangelio”. En nosotros esta como responderle “si, voy” o “no, voy”. Pero la importancia es lo que hagamos al final. La clave está en lo que obremos; si al final lo que hacemos es la voluntad de Dios aunque hayamos dicho “no voy”. Podemos haber contestado no, pero luego arrepentirnos e ir a cumplir con lo que Dios nos pide, entonces nuestro “no” se convierte en un “si” y esa es la actitud correcta.

Nos cuesta decir “si” y luego cumplir, por eso el Señor rechaza la palabrería y la autosuficiencia que nos hace creer que cumplimos.

Jesús ha venido a salvar a los pecadores que se arrepienten, a los que van en a su encuentro, a los que buscan con humildad estar limpios de corazón.

Son duras sus palabras, cuando dice que los publicanos y las prostitutas van por delante de nosotros en el Reino de Dios. Entonces tenemos que comprender que cualquier hermano, cristiano o no, puede tener un corazón limpio y obrar el bien.

El amor y la misericordia de Dios no tiene límites, ni fronteras; alcanza a todos.

Señor, danos un corazón limpio para acudir siempre a tu llamada.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.                              

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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