Evangelio del día 17 de Agosto de 2025.

Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús: He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división.
Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».
Hoy nos fijamos en la frase:
“¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra?”
Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy, pueden parecernos duras, frías, tristes e incluso dramáticas.
Hemos de entender bien que el príncipe de la Paz, no nos habla en sentido literal de prender fuego a la tierra como los incendios que sufrimos actualmente.
Jesús nos habla del fuego del Espíritu, del fuego del amor de Dios, un amor que Él ha venido a traernos y a enseñarnos como transmitirlo a los demás. El amor de Dios y su Espíritu es el fuego que Jesús quiere que llene toda la tierra.
Importante también, es que comprendamos lo que significa el bautismo que ha de pasar, -su Pasión y muerte- y ¿qué significa esto para nosotros? Pues está claro que seguir a Jesús supone que nosotros también tenemos que pasar pruebas, sufrimientos, incomprensiones, persecuciones, burlas, e incluso entregar la vida. Los cristianos tenemos que comprender que seguir a Jesús supone unirnos en todo a Él y por lo tanto encontrarnos con las dificultades y oposición de quien no quiere escuchar y comprender que Dios existe.
La división de la que nos habla no es solo una división externa a la que nos tenemos que enfrentar contra el mal, la injusticia, las divisiones y conflictos, las injusticias y las guerras o las diferencias incluso en las familias. Es una lucha también contra nuestras dudas y conflictos internos que hacen tambalear nuestra fe.
Señor, queremos que tu llama prenda en nuestro corazón, que no dudemos en seguir el bautismo que tu sufriste para ser files cristianos y que nuestro corazón esté siempre entregado a Ti.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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