Evangelio del día 17 de Junio de 2025.

Mateo 5,43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Hoy nos fijamos en la frase:
”sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”
Hoy Jesús quiere que seamos conscientes que ser cristianos conlleva a amar sin medida a todos, amigos y enemigos. Esto es lo que nos pide en esa última frase.
Ser cristiano no es una práctica ética o religiosa, o la práctica del buenismo que hoy está tan en boga.
Los cristianos tenemos que diferenciarnos por nuestra forma de vivir. Una forma de vivir que tiene que basarse en hacer el bien; ser compasivo, misericordioso, justo y poner siempre por encima el amor.
Jesús es muy claro: para ser perfectos, el mérito lo alcanzaremos en amar a los que nos odian, nos denigran, nos persiguen…, también en atender a los que nos necesitan, y a los que nos aman.
Sabemos lo difícil que es amar a quien no nos quiere o nos quiere mal. Pero también pone claramente como ama Dios a los hombres. Dios no hace distinciones, cuando sale el sol o llueve lo hace sobre todos.
En nosotros, en la libertad que Dios nos da, está el intentar por lo menos llegar a esa perfección de amor, de misericordia y de perdón.
Señor, sabemos que tu amor es la fuente en la que tenemos que beber para amar a los demás, haznos humildes, generosos y misericordiosos con los demás, para ir perfeccionando nuestras vidas.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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