Evangelio del día 19 de Mayo de 2025.

Juan 14, 21-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Le dijo Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»

Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.»

El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».

Hoy nos fijamos en la frase:

“El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.”

Jesús continúa  enseñando a los discípulos la importancia del amor. Y nos dice que para amarle lo importante es seguir y guardar sus mandamientos, y además que amarle supone que se manifestará en nosotros.

Está claro que amar a Cristo, seguirle, escuchar su Palabra y ponerla en práctica requiere de una relación interpersonal con Jesús y con el Padre. Cuanto mayor sea la aceptación y el cumplimiento de sus enseñanzas, mayor será esa relación, mayor será esa manifestación y la morada que harán en cada uno de nosotros.

Jesús promete para que no flaquee nuestra fe, que el Padre enviará el Espíritu Santo. De nuevo nos encontramos con la Santísima Trinidad. Las tres personas en una sola que cumplen con una función única e independiente. El Padre creador y dador de vida, el Hijo que haciéndose hombre por voluntad del Padre nos salva y rescata para la vida eterna y el Espíritu Santo que nos fortalecerá y enseñara  a perseverar y recordar lo que Jesús nos ha dicho y lo que quiere que nosotros sigamos haciendo.

Señor, queremos guardar tu palabra y amarte siempre no solo de palabra, sino viviendo de acuerdo con tu Evangelio, para que el Padre nos ame y envié el Espíritu Santo a morar en nosotros, para fortalecer nuestra fe y nuestras buenas obras.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.