Evangelio del día 20 de Junio de 2025.

Mateo 6,19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roen, ni ladrones que abran boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!».
Hoy nos fijamos en la frase:
” No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra”
Hay dos cosas importantes en este evangelio.
Lo primero es que Jesús nos pide no apegarnos a las cosas terrenas y materiales. Cierto es que tenemos que trabajar para vivir, para cuidar de nuestras familias, y esto no es malo. Lo que quiere enseñarnos es que no tenemos que acumular, tener más, ganar más, si ponemos el corazón en estas cosas, estamos actuando en contra de lo que nos pide el Señor.
Jesús nos pide todo lo contrario: lo que quiere es que pongamos en nuestras acciones el corazón, que no olvidemos a los demás, que entendamos que esta vida es pasajera.
Por eso podríamos preguntarnos, ¿Cómo nos esforzamos en cuidar a los demás? ¿Cuáles son nuestras intenciones, pensamientos y acciones en la vida, en el amor?
Si son rectas, y actuamos con nosotros mismos y con los demás, poniendo por delante el amor a Dios y a los demás, estaremos acumulando tesoros en el Cielo, que no pueden ser apolillados ni robados, porque son recogidos por el Señor.
Lo segundo es que nuestro cuerpo tiene que irradiar luz ante los demás. Nuestros sentidos tienen que reconocer al hombre y a la mujer según los ha creado Dios, con mirada limpia, llena del amor de Dios, para que nuestra mirada no se oscurezca, se enturbie y no nos deje ver a los hermanos.
Jesús nos llama a cuidar a los demás y las cosas que Dios nos ha dado, sin egoísmo, sin intenciones de poseer y dominar.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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