29 de Noviembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Tened cuidado”   “Estad en vela, pues, orando en todo tiempo”

Evangelio del día 29 de Noviembre de 2025.

Lucas 21, 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.

Hoy nos fijamos en la frase:

            “Tened cuidado”   “Estad en vela, pues, orando en todo tiempo”

Hoy tenemos que reflexionar y fijarnos en estas dos frases que Jesús dijo a sus discípulos, que Jesús nos dice hoy a nosotros.

Estar vigilantes para no dejarnos arrastrar y distraer por las cosas del mundo, y cuidar los dones que Dios nos da, cuidar la tierra y sobre todo a los hermanos.

Tener una mirada limpia sobre las cosas y las personas que Dios nos regala, admirar todo el universo.

Sufrir con los que sufren, llorar con los que lloran, alegrarse con los que se alegran, mirar con ternura, actuar con humildad, perdonar siempre, ser compasivos…, como hacía Jesús. Esto es lo que el señor quiere que cuidemos y en lo que tenemos que estar vigilantes, para que nuestra mente y nuestro corazón no se emboten y se vuelvan mediocres y perezosos en el amor a Dios y a los más necesitados.

La forma de ayudarnos a estar en vela y vigilantes también nos la enseña Jesús. Orar en todo tiempo y lugar.

La oración, despierta de nuevo el ansia de Dios, ayuda a renovar nuestro corazón a veces  adormecido,  ayuda a coger fuerzas para no caer en el pecado, en el desánimo y desaliento de momentos difíciles por los que todos pasamos alguna vez.

 Señor Jesús, tu nos enseñaste a orar diciendo “Abbá-Papá”. Queremos sentirnos hijos del mismo Padre, y orar con la misma sencillez que tú lo hacías. Que nuestra oración sea más de corazón que con palabras, con breves y profundas invocaciones en cada momento del día, y esos gestos sencillos que ayudan a los demás.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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