3 de Agosto de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes”

Evangelio del día 3 de Agosto de 2025.

Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno de la gente a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes.

Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”. Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Hoy nos fijamos en la frase:

“Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes”

Hoy nos toca vivir en una sociedad materialista, en una sociedad idealizada por el consumismo, por ser brillantes ante los demás, por aparentar y figurar.

Es lo que nos ha tocada y no debemos despreciarla, pues queramos o no estamos inmersos en ella.

Si nos fijamos en la respuesta que da Jesús sobre la herencia, parece que evita contestar, pero también podemos pensar que lo que quiere es relativizar los bienes materiales ante los dos hermanos.

En la parábola, vemos como un hombre atesora y construye para proteger los bienes conseguidos, pero sin tener en cuenta a los demás, lo quiere todo para sí mismo.

¿Qué es lo que nos está advirtiendo Jesús? ¿Qué podemos hacer, qué nos dice Jesús?,

Nos advierte que huyamos de la codicia, de la avaricia, del atesoramiento de bienes, del egoísmo, del apego a los bienes materiales o  de cualquier cosa que ocupe totalmente el corazón.

La actitud que debemos tomar es anteponer los bienes eternos a los bienes terrenos.

Sabernos amados por Dios y entregar el mismo amor a los hermanos. En lugar de atesorar para uno mismo, compartir la abundancia con los hermanos, sobre todo los más necesitados.

Señor, que la riqueza que recibimos caiga en corazones abiertos y generosos y no los ciegue y endurezca.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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