Evangelio del día 30 de Junio de 2025.

Mateo 8,18-22
En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas».
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
Otro, que era de los discípulo, le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Jesús le replicó: «Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos».
Hoy nos fijamos en la frase:
”Tú, sígueme”
En este evangelio Jesús, nos hace una llamada personal. Mateo pone dos personas que quieren seguirle y a los dos les da la misma solución. ”Tú, sígueme”.
La respuesta es concreta y firme y el seguimiento tiene que ser verdadero, no un seguimiento de conveniencia y por un tiempo.
Al primero le dice bien claro que Él no tiene ni donde reclinar la cabeza. ¿Qué nos quiere decir? Que seguirle va a suponer sacrificio, constancia, entrega, desprendimiento, esfuerzo y superación, dialogo…, incluso puede que persecución y martirio por defender la Verdad.
Al segundo, le dice fundamentalmente que hay que olvidar los asuntos mundanos y ocuparse solamente del seguimiento del Evangelio. No podemos pararnos, distraernos o dispersar, engañarnos y justificarnos a nosotros mismos con un seguimiento liviano, débil y cómodo. Nos pide que nos ocupemos de lo importante, que comuniquemos la buena noticia del Reino de Dios con determinación y valentía. Lo demás “Se nos dará por añadidura por el Señor”.
Señor Jesús, danos un corazón limpio, dispuesto a seguirte y a desgastarse por la buena noticia del amor de Dios.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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