3 de Mayo de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré”,

Evangelio del día 3 de Mayo de 2025.

Juan 14, 6-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

«Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».

Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta».

Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?

Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.

En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Hoy nos fijamos en la frase:

“Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré”.

El evangelio de hoy ya nos plantea todas las preguntas que debemos hacernos y no vamos a repetirlas. Es importante leer detenidamente y pararnos en cada una de ellas a reflexionar.

Y después nos quedarnos con dos cosas importantes: “creed a las obras”. Si creemos en las obras que hizo Jesús y en sus Palabras, creemos en el Padre, y con una fe firme, podremos como Él nos dice, hacer las obras que el hacía.

La segunda cosa importante y que a veces no entendemos bien es: “Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré”. Aquí sí que cabe preguntarnos:

¿Sabemos cómo tenemos que pedir algo a Jesús?

¿Lo pedimos de verdad en su nombre, o nos quedamos en peticiones un tanto banales, personales y que no están de acuerdo con las obras de Jesús?

Los adoradores, hacemos nuestras vigilias principalmente para pedir por todo el mundo, en unión con toda la Iglesia, pero a veces nos quedamos un poco anclados en el rito del rezo un tanto atropellado y nos falta poner todo el corazón en ese rezo comunitario. Es evidente que alabamos, adoramos a Dios, pero quizá necesitemos poner más corazón, más pausa, más comprensión  en nuestra manera de orar para que esas peticiones sean escuchadas por el Señor.

Seguro que en nuestros silencios ante Jesús Sacramentado; en ese dialogo personal es totalmente distinto y ahí si abrimos totalmente nuestro corazón y el Señor nos escucha. Pero creo que aquí también cabría hacernos en sentido crítico otra pregunta: ¿le escuchamos nosotros a Él?

Señor, antes estas enseñanzas del evangelio de hoy, queremos pedirte, que comprendamos que Tú eres el verdadero Camino, que Tú nos has traído la Verdad y la Vida del Padre, y con humidad pedirte perdón por nuestros errores al orar y pedir, por eso te decimos: Señor enséñanos a orar y a pedir aquello que no sabemos pedirte.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *