2 de Julio de 2025. Una frase del Evangelio de cada día.”le suplicaron que se fuera de su territorio”

Evangelio del día 2 de Julio de 2025.

Mt 8, 28-34

En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?”

No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: “Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”. Él les respondió: “Está bien”.

Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron.

Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.

Hoy nos fijamos en la frase:

”le suplicaron que se fuera de su territorio”

Este relato evangélico es difícil de interpretar y de comprender.

Nosotros vamos a fijarnos en dos cosas: el poder de Jesús contra el mal “los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos”, y el contraste de los hombres ante el bien que hace Jesús, que no es admitido “le suplicaron que se fuera de su territorio”.

Jesús no tiene miedo para enfrentarse a nuestras debilidades, a nuestros pecados, aunque sean muy graves, y como vemos en el relato los que reconocen a Jesús como Hijo de Dios y le temen, son los demonios; no pueden soportar la presencia del Señor y huyen de Él. Pero a nosotros nos atenazan y sujetan nuestros faltas, nuestras comodidades, nuestros vicios y malas costumbres y lo que hacemos es temer a Dios, decirle que nos deje seguir con nuestro estilo de vida, porque no nos engañemos, seguirle supone sacrificio, transformación, cambio, rechazo del mal y perder las comodidades en que estamos instalados, que nos conducen a rechazar a quien nos ha traído la verdad y la buena noticia de la salvación.

Señor, te suplicamos que apartes de nosotros todo lo malo que podamos cometer por acción u omisión, y que no te vayas nunca de nuestro lado.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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