Evangelio del día 9 de Julio de 2025.

Mateo 10,1-7
En aquel tiempo, Jesús, llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos».
Hoy nos fijamos en la frase:
“Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos”
Jesús sabe que su tiempo está limitado en la tierra y para que su misión continúe, sigue enseñando a sus discípulos lo que tiene que hacer cuando Él ya no esté.
En esta ocasión convoca a los más cercanos, los doce apóstoles, a los que les va a dar poder de sanación espiritual y corporal y una misión, proclamar que el reino de los cielos ha llegado.
Vemos que va llamando a cada uno de los apóstoles por su nombre. Quizá a nosotros también nos llame, lo importante es oírle, escucharle. Por eso tenemos que estar muy atentos, con el corazón bien dispuesto a cualquier signo o acontecimiento que pueda ponernos en la pista de la llamada del Señor.
Si ya hemos recibido esa llamada, y nosotros como adoradores nocturnos, seguro que ya la hemos recibido, lo que tenemos que cumplir con diligencia, buena disposición y con la fe puesta siempre en las palabras y las promesas de Jesús, es la segunda parte, “Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos”.
El Señor reparte dones y carismas a cada uno según su parecer, y nosotros lo que tenemos que hacer es desarrollar y entregar esos dones recibidos a los demás, para que el reino de amor, misericordia y perdón sea el camino que conduzca a todos los hombres a la salvación. Estos son los poderes y misión que Jesús nos entrega a cada uno el día de nuestro bautismo.
Señor, hoy queremos darte gracias por los dones y carismas recibidos y queremos que con tu ayuda sean luz que ilumine el corazón de todos los hombres.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
Deja una respuesta