Evangelio del día 18 de Agosto de 2025.

Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?». Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos». Él le preguntó: «¿Cuáles?». Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo».
El joven le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?». Jesús le contestó: «Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres —así tendrás un tesoro en el cielo— y luego ven y sígueme». Al oír esto, el joven se fue triste, porque era muy rico.
Hoy nos fijamos en la frase:
“¿Qué me falta?”
Es la pregunta fundamental que debemos hacernos nosotros y entender la respuesta de Jesús.
Jesús nos recuerda el cumplimiento de los mandamientos. Esto es suficiente para ganar la vida eterna, pero si queremos saber qué más podemos hacer, si queremos ser perfectos, hemos de reflexionar sobre la respuesta de Jesús al joven rico.
Lo primero, el cumplimiento de los mandamientos, resumidos en amar a Dios y al prójimo como a uno mismo, seguramente lo cumplimos en términos generales a pesar de nuestras debilidades.
¿Dónde está la dificultad de la segunda parte? En el seguimiento de Jesús. Para seguirle nos pide que nos desprendamos de nosotros mismos, de nuestros apegos mundanos, materiales, egoísmos…; que nos despojemos de todo aquello que no contribuye al amor, a la caridad y la fraternidad; que no nos encerremos en nosotros mismos y abracemos al necesitado, al desamparado, al triste, al que se encuentra solo; que demos cabida en nuestra vida a los demás, rechazando el egoísmo y llevando el amor y la felicidad a todos.
Esa perfección es la que nos pide hoy Jesús, una opción difícil, pero alcanzable poniendo amor, optando por el servicio a los pobres, abriendo el corazón a los demás y aceptando el devenir de cada día.
Señor, hoy queremos tu ayuda para cumplir con los mandamientos y fuerza para optar por perfeccionar nuestra vida en favor de los hermanos y de la Buena Noticia de la salvación. No permitas que estemos tristes por no saber amar, servir y llevar felicidad.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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