11 de Septiembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “¿qué mérito tenéis?”

Evangelio del día 11 de Septiembre de 2025.

Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Y como queráis que la gente se porte con vosotros, de igual manera portaos con ella. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

 Hoy nos fijamos en la frase:

            “¿qué mérito tenéis?”

Jesús después de dar el mandato de amar incondicionalmente como Dios nos ama, nos interroga y nos pone frente al espejo de la condición y la lógica humana, que no es otra: que esperar recibir cuando das, ser perdonado cuando perdonas, recibir el bien cuando haces el bien, no ofrecer la paz al que te ofende, cobrar cuando prestas algo… Si obramos así, amamos solo a los que nos aman, ¿qué hacemos que no hagan los que no son cristianos?

Estas palabras de Jesús, aunque parecen exigentes, no lo son tanto. Sí que son un mandato, no una sugerencia. Pero ese mandato, esa exigencia es lo que todo un Dios misericordioso hace  por nosotros y quiere de nosotros.

Sabemos que por nuestra debilidad estos mandatos nos resultan difíciles de cumplir, pero bien entendidos lo único que nos piden es ser misericordiosos como Dios es misericordioso con nosotros.

Se nos pide un compendio de cosas a realizar, que se resumen en la actitud que todos los cristianos tenemos que tomar en nuestra vida. Y se pueden resumir en que triunfe el amor sobre el rencor y el odio; en el triunfo de la compasión y el perdón sobre el egoísmo; en desgastarse por el Reino y entregar todo, hasta  la vida, si es preciso,  por los demás, incluso por aquellos que nos odian, nos denigran, nos calumnian…  los que no nos quieren.

Señor Jesús, ayúdanos para que nuestros méritos sean ser misericordiosos como nuestro Padre es misericordioso.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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