Evangelio del día 14 de Septiembre de 2025.

Juan 3, 13-17
Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
Hoy nos fijamos en la frase:
“tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito”
Este Domingo los cristianos celebramos la exaltación de la Santa Cruz. Podemos ver que Jesús nos habla de cómo ha de morir y ser elevado en la Cruz para cumplir la misión encomendada por el Padre de traernos la vida eterna.
También vemos que Dios nos ama de una manera incondicional, absoluta. Es tal el amor de Dios, es tal la locura de amor que tiene al mundo que es capaz de entregar a su Unigénito, a la condición de hombre, al sufrimiento y a la muerte más ignominiosa e injusta para que no perezcamos y salvarnos. Solo nos pide creer en Él, amar como Él, seguir sus enseñanzas y obrar como Él.
Siguiéndole, creyendo e imitando su vida es como nos asegura que alcanzaremos la vida eterna, porque Dios lo envío para salvar no para juzgar,
Con su Resurrección nos anunció el triunfo de la vida sobre la muerte y con su vida y enseñanzas, nos marcó el camino a seguir para alcanzar la salvación y la vida eterna. Un camino, de amor, de entrega, de confianza, de humildad, de bondad, de paz y alegría para quienes ponemos nuestra confianza en Dios.
Señor, creemos firmemente en tu Cruz, en tu entrega por nosotros, en tu Resurrección. Te pedimos ayuda para saber llevar nuestra cruz, para que seamos generosos en nuestra entrega al servicio del Reino y para vivir una vida nueva que lleve a todos los hombres a la salvación.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
Deja una respuesta