18 de Septiembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho”

Evangelio del día 18 de Septiembre de 2025. 

Lucas 7, 36-50

Un fariseo le rogaba que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».

Jesús respondió y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». Él contestó: «Dímelo, Maestro». «Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?». Respondió Simón y dijo: «Supongo que aquel a quien le perdonó más». Y él le dijo: «Has juzgado rectamente». Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco». Y a ella le dijo: «Han quedado perdonados tus pecados». Los demás convidados empezaron a decir entre ellos: «¿Quién es este, que hasta perdona pecados?». Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz».

Hoy nos fijamos en la frase:

            “sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho”

De nuevo Jesús enfrenta las normas, la ley, los códigos y la desigualdad al amor y el perdón.

El fariseo le invita a su casa, pero no pone atención en quien ha invitado, no cumple ni siquiera con los usos sociales de la época. Sin embargo la mujer, que además de estar relegada en esa sociedad, es una pecadora, se arriesga; entra en casa del fariseo aunque no le estaba permitido, se pone humildemente llena de fe a los pies del Maestro y le agasaja con lo que tiene: sus lágrimas para lavar los pies, un poco de perfume para ungir su cabeza.

Sin hablar, posiblemente avergonzada de su vida, sin mirar a Jesús pone su corazón, su arrepentimiento y su amor ante Jesús. Ella espera su compasión, su misericordia. Y Jesús no solo pasa de las críticas y comentarios hipócritas del cumplimiento vacío de amor, sino que vuelve a mostrarnos la gran misericordia de Dios, la infinita misericordia con la debilidad y el pecado  “sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho”.

Podemos ver que no entendieron nada e incluso se preguntaron con qué poder perdonaba Él los pecados.

Hoy nosotros podemos preguntarnos también ¿Entendemos que Dios siempre perdona? ¿Qué Dios no nos abandona nunca? ¿Qué la fe y confianza plena en Dios es nuestra salvación? ¿Qué amar mucho es servir mucho?

Señor, no queremos ser simples cumplidores de leyes, ritos, códigos y analfabetos inútiles en el amor a Dios y a los hermanos. Queremos reconocer nuestras debilidades y pecados sabiendo que la fe y la confianza en tu amor y  misericordia es el camino para alcanzar el perdón y la vida eterna.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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