26 de Septiembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”

Evangelio del día 26 de Septiembre de 2025.

Lucas 9,18-22

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió: «El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

Hoy nos fijamos en la frase:

            “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”

Esta pregunta nos la hace Jesús a nosotros. Y cada día debemos de contestarla, cada día debemos responderle con el corazón y no con razonamientos humanos o históricos de lo que conocemos de su existencia.

Pedro por medio de la fe y la inspiración del Espíritu confesó lo que nosotros por la misma fe confesamos, eres “El Mesías de Dios”.

Podemos pensar que para Pedro la respuesta fue fácil. Conoció y convivió con Jesús, pero aun así tubo dudas, le negó, y sin embargo Jesús le confió la Iglesia. Pedro también confirmo su amor incondicional al Maestro varias veces.

¿Qué responderíamos nosotros si Jesús se nos presentará hoy en nuestra sociedad? ¿Seríamos capaces de reconocerle?

Nosotros con nuestras debilidades y pecados también le negamos, le abandonamos, dudamos y nos apartamos de Él.

¿Qué tenemos que hacer entonces?

A pesar de todas nuestras debilidades:

Confiar en Jesús.

Saber que perdona siempre.

Confesar que es el Mesías, el Hijo de Dios.

Confesarle nuestro amor incondicional.

Estar siempre dispuestos a seguirle sabiendo que siempre cuenta con nosotros.

Abrirle nuestro corazón para que habite siempre en él.

Señor, ayúdanos a confesarte siempre como el Mesías, el Hijo de Dios. Queremos que seas el centro y guía de nuestras vidas.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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