Evangelio del día 29 de Septiembre de 2025.

Juan 1, 47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?». Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
Hoy nos fijamos en la frase:
“veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”
En el Evangelio de hoy vemos como Natanael hace un reconocimiento expreso de la entidad de Jesús “Rabí, tú eres el Hijo de Dios”.
Jesús ya le había visto “debajo de la higuera”, nos dice el texto. Es una forma de decirnos que Dios lo ve todo. A nosotros también nos ha visto y nos ha llamado a ser cristianos. A cada uno con sus dones y carismas. A nosotros como adoradores nocturnos, además de adorarle, a seguirle, a escuchar su Palabra y ponerla en práctica.
Él nos conoce. ¿Y nosotros somos capaces de afirmar como Bartolomé, “tú eres el Hijo de Dios”, tú eres nuestro único Rey, nuestro único Maestro, nuestro único salvador?
Si somos capaces de afirmarle como Hijo de Dios, si le vemos en la Hostia Consagrada, si escuchamos su Palabra, si le seguimos y la ponemos en práctica, quiere decir que creemos firmemente en Él y tenemos que darle gracias porque nos ha visto y nos ha llamado.
Lo segundo que nos anuncia es que creyendo en Él, veremos la alegría del cielo y los ángeles que están a su alrededor para servirlo y alabarlo. Esto es una anticipación de lo que nos espera si cumplimos su mandato, amamos a los hermanos y damos testimonio de Él.
Señor, celebramos este día la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, queremos con su ayuda ser fieles servidores del Reino y mensajeros de la Buena Noticia, para que brille la verdad y la paz en el mundo.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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