8 de Noviembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Ningún siervo puede servir a dos señores”

Evangelio del día 8 de Noviembre de 2025.

Lucas 16, 9-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto. Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».

Los fariseos, que eran amigos del dinero, estaban escuchando todo esto y se burlaban de él. Y les dijo: «Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios».

Hoy nos fijamos en la frase:

            “Ningún siervo puede servir a dos señores”

Servir, una actitud difícil de seguir en nuestra vida y esta sociedad, donde todo lo queremos resuelto ya. Donde lo primero son nuestros derechos, nuestras apetencias, nuestras necesidades realmente innecesarias, nuestras comodidades, nuestro yo, yo, yo…, todo aquello que se puede conseguir con dinero, con buena posición, con buenas influencias…

Y, ante todo esto ¿Qué nos dice el Señor? Parémonos unos momentos a meditar. ¿Podemos estar apegados a las cosas de este mundo y servir al Evangelio?

Jesús lo dice claramente: “Ningún siervo puede servir a dos señores”, “No podéis servir a Dios y al dinero”. Como mucho nos invita a que los bienes, dinero que podamos ganar y acumular por nuestra actividad, profesión o trabajo, lo utilicemos bien y en hacer el bien.

Nos dice claramente que aunque nuestros bienes sean pocos, si los administramos injustamente, no se nos van a confiar los bienes supremos del Reino.

Seamos justos entonces en administrar lo poco o mucho que tengamos para que el Señor pueda confiar a cada uno aquellos dones y bienes que nos quiera dar según nuestras capacidades. Seamos justos con lo que pertenece a los demás, para que el Señor nos confié la riqueza de la verdad y podamos servirle solamente a Él.

Señor, hoy queremos comprometernos con los tesoros espirituales que recibimos y no defraudar nunca la confianza que pones en nosotros.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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