14 de Noviembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará.”

Evangelio del día 14 de Noviembre de 2025.

Lucas 17, 26-37

En aquel tiempo, dijo Jesús: Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Asimismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás.

Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará. Os digo que aquella noche estarán dos juntos: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán». Ellos le preguntaron: «¿Dónde, Señor?». Él les dijo: «Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres».

Hoy nos fijamos en la frase:

            “El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará.”

Jesús hoy nos recuerda que tenemos que estar atentos y despiertos, porque no sabemos el día ni la hora de la llegada del Hijo del hombre, porque no sabemos dónde nos encontraremos ni que estaremos haciendo en ese momento y por lo tanto nos dice que tenemos que estar preparados.

La importancia del cuándo y el donde es secundaria, lo importante es que no nos encuentre apegados y enredados en las cosas del mundo, que no estemos instalados cómodamente en una vida superficial, ocupándonos en lo que podríamos llamar lo nuestro.

Lo importante es que lo que hagamos, trabajar, rezar, ejercer la caridad, divertirnos, comprar, hacer deporte o cualquier otra actividad, la hagamos teniendo presente siempre a Dios; poniendo siempre por delante el amor de Dios como esencial en cualquier actividad de nuestras vidas, para que el corazón no se quede vacío de la Gracia de ser sus hijos.

Jesús nos llama a no perder la vida por las cosas del mundo, sino que gastemos nuestra vida en favor del amor, de la verdad y del servicio a los demás. Perder la vida por el Reino, no significa que tengamos una vida fuera de los cauces normales, apartada del momento que nos toca vivir, sino que la entreguemos con amor por el Evangelio. Quiere que nuestro corazón este lleno de ese amor de Dios y abierto a los demás. Como dice ese canto que cantamos cuando perdemos a algún hermano y se lo entregamos al Padre: “Al atardecer de la vida nos examinaran del amor…”

Señor, enséñanos a reconocer las cosas secundarias y mundanas para que nuestra vida la ganemos en el amor.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *