23 de Diciembre de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “la mano del Señor estaba con él”

Evangelio del día 23 de Diciembre de 2025.

Lucas 1, 57-66

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.

Hoy nos fijamos en la frase:

            “la mano del Señor estaba con él”

Desde el momento que Dios promete a Zacarías que va a tener un hijo, el Señor está con él. Las promesas del Señor se van cumpliendo en orden al camino de la llegada del Mesías y la salvación de los hombres.

La costumbre judía al poner el nombre tenía un gran significado e importancia por su significado y continuidad familiar, pero además porque significa lo que Dios hace y quiere de esa persona. El nombre de Juan en hebreo es “El Señor ha mostrado su gracia, favor de Dios o Dios es misericordioso”, por eso los parientes de Isabel y Zacarías se asombran y extrañan cuando Isabel dice que se llamará Juan y Zacarías lo confirma.

Al poner el nombre de Juan, puede parecer que se rompe con la tradición y con la antigua alianza, sin embargo lo que se nos anuncia es algo nuevo, es la llegada del último Profeta que anunciará la llegada del Mesías, el Salvador del mundo. Es la Nueva Alianza. Es el Nuevo Testamento.

La mano del Señor también está con nosotros, también nos ha llamado y dado su gracia en el Bautismo, actúa en nuestro favor y ejerce su misericordia y perdón para salvarnos.

Señor, no permitas que olvidemos la gracia, el favor y la misericordia que has derramado sobre nosotros, entregándonos a tu Hijo para salvarnos. Ayúdanos a trasmitir con alegría la fuerza de tu Palabra, de tu Amor y tu Misericordia.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.                              

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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