Evangelio del día 14 de Agosto de 2025.

Mateo 18, 21 -19, 1
En aquel tiempo, se acercó Pedro a Jesús y le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: “Págame lo que me debes”. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano». Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Hoy nos fijamos en la frase:
“¿cuántas veces tengo que perdonarlo?”
De nuevo Jesús no vuelve a hablar del perdón y la compasión.
La respuesta a Pedro es clara. Tenemos que personar siempre, y el perdón tiene que ser total y sincero para que el corazón quede limpio y lleno de alegría.
De la parábola del criado tenemos que aprender que la generosidad de Dios es infinita, no perdona un poco o pone unos plazos para saldar las deudas. Perdona siempre.
La consecuencia que nosotros tenemos que sacar de la pregunta de Pedro y de la deuda del criado, es que tenemos que perdonar siempre, ser compasivos siempre pues nosotros hemos recibido anteriormente el perdón de Dios
El perdón y la compasión no son un signo o un mandamiento, tiene que ser algo que salga con fuerza del corazón, algo que libera al perdonado y a quien perdona, que devuelva la alegría y la reconciliación a los dos.
Señor, hemos recibido y experimentado tu compasión, tu misericordia y tu perdón; ayúdanos a perdonar y a reconciliarnos con nuestros hermanos aunque nos sintamos ofendidos. No permitas que anide en nuestro corazón el rencor y el odio.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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