Evangelio del día 2 de Junio de 2025.

Juan 16, 29-33
En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».
Hoy nos fijamos en la frase:
”tened valor: yo he vencido al mundo”
Jesús insiste en que llega su hora y que su Pasión va a deshacer lo que parecía que ya habían entendido los discípulos. Y aunque afirman y entienden que Él sabe todo y que ha salido de Dios, lo que no han comprendido es que Jesús ha venido a cumplir la misión salvadora anunciada ya en el Antiguo Testamento.
Mientras estaban a su lado se sentían seguros, pero tenía que llegar el momento difícil de la separación.
La pregunta que hizo a los discípulos “¿Ahora creéis?”, también tenemos que hacérnosla nosotros. Y además muchas veces, acaso ¿no dudamos, o nos dejamos llevar por cosas del mundo?
Como adoradores nocturnos ¿nos preguntamos por qué tenemos tan solo al Señor en los Sagrarios?
Las palabras de este evangelio son de rabiosa actualidad, nos dispersamos, nos falta unidad, no encontramos en camino Señor. El mundo tira de nosotros, nos arrastra. Sabemos que aunque te abandonemos como tú no estás solo porque tu Padre está contigo, tampoco nos deja solos a nosotros.
¿Cómo encontraremos la paz que tú nos das? ¿Cómo encontraremos valor?
La división y dispersión seguramente está; en que no hemos comprendido todavía tu mensaje. En que no hemos entendido tu Cruz y los problemas nos conducen a sentirnos solos, sin darnos cuenta que Dios no abandona nunca a sus hijos. En que no hemos comprendido el valor del amor inmenso del Padre que te entregó al mundo para nuestra salvación.
Señor, hoy te pedimos que nos des el valor de estar en el mundo, para llevar la paz al corazón de todos los hombres.
Señor, has vencido al mundo, al pecado y a la muerte. Danos fortaleza y valor para anunciarlo.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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