Evangelio del día 29 de Mayo de 2025.

Juan 16, 16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver».

Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?».

Y se preguntaban: «¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».

Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

Hoy nos fijamos en la frase:

”Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver.”

Jesús sigue anunciando a los discípulos la proximidad de su Pasión y ellos siguen sin comprenderlo.

Los discípulos no comprenden todavía que Jesús va a cumplir la misión salvadora que le ha encomendado el Padre y que luego resucitará. Ese, dentro de poco, en el momento concreto de la vida de Jesús, podemos interpretarlo como el poco tiempo que transcurrirá entre su muerte –dejaran de verlo- y su resurrección –se les aparecerá y volverán a verlo-. Dejaran de verle y lo volverán a ver Resucitado.

Por eso les anuncia también que estarán tristes y se lamentaran por su muerte, pero más tarde comprenderán que la muerte de Jesús era necesaria para nuestra salvación y la resurrección se tornará en alegría.

Que Jesús se tenía que ir con el Padre, tampoco era algo comprensible, no entendían todavía que se iría para enviar el Espíritu Santo que les guiaría.

Por otro lado tenemos que entender, que para Dios el tiempo no es lo mismo que para nosotros. Ese “dentro de poco” para Dios no es un tiempo medido por un calendario o por un reloj.

Jesús lo que quiere decirnos es que hay un tiempo en que no nos será favorable, que podemos tener dificultades, tristezas, pero también es un tiempo de esperanza, si confiamos en su Palabra, en el amor de Dios y le seguimos fielmente. Cuando el vuelva, el tiempo se convertirá en alegría, un tiempo no medible. Ese tiempo será la promesa que nos hizo de la resurrección y la vida eterna.

Señor, te damos gracias porque tú nos guías en el tiempo terrenal hacia la vida eterna.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.