Evangelio del día 9 de Agosto de 2025.

Mateo 17, 14-20
En aquel tiempo, al llegar Jesús a donde estaba la multitud, se le acercó un hombre, que se puso de rodillas y le dijo: «Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques terribles. Unas veces se cae en la lumbre y otras muchas, en el agua. Se lo traje a tus discípulos, pero no han podido curarlo».
Entonces Jesús exclamó: «¿Hasta cuándo estaré con esta gente incrédula y perversa? ¿Hasta cuándo tendré que aguantarla? Tráiganme aquí al muchacho». Jesús ordenó al demonio que saliera del muchacho, y desde ese momento éste quedó sano.
Después, al quedarse solos con Jesús, los discípulos le preguntaron: «¿Por qué nosotros no pudimos echar fuera a ese demonio?» Les respondió Jesús: «Porque les falta fe. Pues yo les aseguro que si ustedes tuvieran fe al menos del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a ese monte: ‘Trasládate de aquí para allá’, y el monte se trasladaría. Entonces nada sería imposible para ustedes».
Hoy nos fijamos en la frase:
“Porque les falta fe”
En este relato evangélico volvemos a ver la importancia de la fe. Es tan importante que el Señor pone un ejemplo que a nuestro entendimiento parece imposible que se realice. Con una fe muy pequeña –como un grano de mostaza- mover una montaña de sitio.
Encontramos en el relato, primero la desesperación de un padre y la confianza puesta en Jesús para que cure al hijo.
¿Qué podemos hacer nosotros en situaciones similares, problemas económicos, familiares, enfrentamientos, enfermedades…?
Ponernos con toda confianza en manos del Señor, saber que el poder y la misericordia de Dios es lo único que puede sanarnos. Es importante que fortalezcamos nuestra fe a través de la oración, la adoración y la acción caritativa, mediante el control de nuestros acciones y deseos, poniéndonos siempre al servicio del Señor y de los más necesitados.
Jesús se encontró con la frustración de los discípulos, porque no habían conseguido curar al niño, y les da una respuesta clara “Porque les falta fe”.
Seguramente Jesús se encuentra muchas veces con esta frustración por nuestra poca fe. También nos encontramos con la decepción de Jesús, por la falta de fe de los discípulos. Aquí vemos claramente nuestras limitaciones.
Entonces deberíamos preguntarnos ¿Cómo está nuestra fe? ¿Confiamos en Dios y estamos convencidos de que si tenemos fe actúa en nosotros y así podremos nosotros ayudar a la misión salvadora de Cristo?
Tenemos que ver con toda humildad que nuestra fe, no es solo una creencia, sino confiar en el Señor, en su poder, en su amor, en su perdón y misericordia.
Señor, hoy queremos pedirte que aumentes nuestra fe, que nuestras oraciones, adoración, acciones caritativas…sean más espirituales y sirvan para transmitirla a los demás.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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